🚨 ¡ALERTA con la sandía y el melón CORTADOS! 🍉🍈

🚨 ¡ALERTA con la sandía y el melón CORTADOS! 🍉🍈

¿Qué tiene de malo comprarlas cortadas?
Mira, cuando la sandía o el melón ya están partidos, pierden parte de su “escudo protector”. La cáscara actúa como barrera natural contra microbios y suciedad. Una vez que esa barrera se rompe, la pulpa queda expuesta a todo lo que hay en el ambiente: bacterias (como Salmonella o E. coli) y contaminantes que se pueden colar sin que te des cuenta. Si además el trozo de fruta no está bien refrigerado o lleva horas fuera del frío… ¡imagínate! El riesgo se eleva.

El peligro de la temperatura
La temperatura es clave. En el súper o en el tianguis, a veces vemos sandía y melón ya rebanados al aire libre, sin refrigeración adecuada. Error. Para que estas frutas se conserven bien y no nos hagan daño, se recomienda que, una vez cortadas, permanezcan en refrigeración constante (menos de 4 ºC). Si ves que los trozos están ahí, expuestos al calorcito, una eternidad, mejor ni te arriesgues.

Y si me encanta comprarlas así, ¿qué hago?
Bueno, cada quien. Pero si definitivamente no quieres andar con el “picoteo” de un melón entero o temes perder un dedo intentando desde la sandía, al menos busca que la fruta cortada esté sellada y en refrigeración. Pregúntale a la persona encargada tiempo cuánto lleva exhibida o revisa la fecha de empaque. Y, tan pronto llegues a casa, ¡al refri! No los dejes fuera.

Recomendaciones para disfrutar tu sandía y melón sin sustos

  1. Elígelos completos: Así te aseguras de que están frescos y protegidos.
  2. Lávalos antes de cortar: Aunque la cáscara no se viene, al partir la fruta la navaja puede arrastrar microbios desde afuera hacia la pulpa.
  3. Refrigera rápido: Una vez que las piezas en casa, guárdalos enseguida en contenedores limpios y bien tapados.
  4. No te esperes siglos para comerlos: Lo ideal es consumirlos dentro de los primeros 2 o 3 días (y siempre refrigerados).

Conclusión sabrosa
La sandía y el melón son una delicia, sobre todo para refrescarnos en días de calor. Pero ya sabemos que, cuando vienen cortados y se pasan horas sin refrigeración, pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias. Así que, si quieres jugarla seguro y no comprometer tu pancita, mejor compra las frutas enteras y córtalas en casa. ¡Además venta más económica!

¿Y tú qué opinas? ¿Sueles comprar tus frutas completas o te encanta la comodidad de los trozos listos para comer? Cuéntamelo todo en comentarios. ¡Nos leemos pronto!

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